Y sentí que moría, justo en el punto en que realmente nací. Lloré, y caí; como comenzando de nuevo... De nuevo en brazos, logré caminar... Y estoy aquí, aprendiendo a escribir, y a hablar... a hablarles.
jueves, 12 de agosto de 2010
Voy a pensar que escribes para tu ego... como yo escribo para sentirme yo misma.
Misma y clara, clara y perseverante, perseverantemente errante en pensamientos.
Pensamientos llenos de juego de egos, egos que no se escribirían a sí mismos para sentirse. Eso está claro.
Lo que no persevera es el errar de los pensamientos que llenan otros juegos que no sea su ego.
Ahora, si ya escribimos sintiendo mismamente, sólo sobre el ego... No sé que tan claro se pueda pensar.
Jajajaja... me acordé mucho de Carlos Felipe. Te extraño, Amore. :)
Fernanda.
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