sábado, 22 de enero de 2011

Confusa a tientas.


















Entre los surcos infames y torrentes de los confundibles caminos de mi alternado cerebro, duerme el Fracaso y el Éxito como dos amantes prohibidos.



Se besan y se odian como dos alter egos inexplicables e inconfundibles.
Tienen miedo, y me hacen temer.
Ellos no creen ni en ellos, me hacen no creer.



Están desnudos: se miran y se tocan a tientas ante el voyeurismo mismo del ego.
La escena es decentemente indecedente, incandescente.
Ellos le llaman arte, a mi me llaman a no amarte...

















"La misma luna herida no tiene sino una ala.
El corazón hizo su nido en medio del vacío."






Efrit.







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