Cuando estoy casi que duermo, viene toda la inspiración... el ojo se semi cierra, y la mente taladra hasta que los dedos se armonizan y sueltan su velo.
Me miro al espejo, y no me encuentro; me desconozco y me identifico tanto en cuanto me duermo.
Tengo un arcoiris en mi paleta, y utilizaré todos sus colores. Bailaré más veces con mi hombre, y le diré más veces lo bueno que es y lo mujer que me hace sentir cada vez que me mira.
Cuando estoy casi que duermo, viene todo el arrepentimiento de haber dejado inconclusas las cosas que no quise aprender; lo que temí, lo que me aburrió; lo que fue menos droga y no me comió.
No hay transiciones, ni mutaciones... mucho menos cambios, yo aprendo y me gusta hacerlo, aunque se sienta sutilmente. No hay tiempo perdido cuando estoy casi que duermo. Pero, ya no me miento y no permito que me mientan... cada uno tiene su cielo, su paraíso y su exilio.
Sonrío cada vez más natural, cada vez más desde adentro. Mis pies ya no vacilan, sólo caminan cuando hay que hacerlo. Si, indecisa es lo que si llevo; pero el miedo es lo que no duermo, lo analizo y lo hago mío... tan mío que tiene miedo.
Cuando estoy casi que duermo, pienso que debería despertarme y salir a correr... botar toda la mala energía, leer el libro que tengo pendiente, escribir lo que tengo en la mente, llamar a quién extraño, perdonar a todos tanto como a mí.
¿Como no partir de cero, si otras tantas veces he muerto? Ni sola, ni acompañada; formo parte de un conjunto, somos más parecidos de lo que creemos... la mente es cuerpo, y no existe. Es sólo tu idea maldita de creer lo que te contaron.
Tu exhibicionismo me da asco, y también todo lo que reniegas y criticas, y así mismo eres... De eso, aprendí a no criticar, pero me sigue dando naúseas todas tus putas vitrinas y tu pantalla de mujer interesante. Eres una puta y ya. (No creas que es malo, si a ti como "puta" te hace feliz.)
Giadala.
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