Y sentí que moría, justo en el punto en que realmente nací. Lloré, y caí; como comenzando de nuevo... De nuevo en brazos, logré caminar... Y estoy aquí, aprendiendo a escribir, y a hablar... a hablarles.
martes, 20 de julio de 2010
Un grupo de ciegos, lanzando insultos, se golpean con sus bastones. Uno de ellos me quiere atacar. Le digo: “No es necesario que se pelee conmigo. Yo no soy ciego”.
Grande tu blog y grandes las esperanzas que depositas en el mío, del que eres sorprendente primera y única seguidora ignota y consubstancial noúmeno transoceánico.
Grande tu blog y grandes las esperanzas que depositas en el mío, del que eres sorprendente primera y única seguidora ignota y consubstancial noúmeno transoceánico.
ResponderBorrar