sábado, 20 de febrero de 2010

Una Hora.

   De tranquilidad, de un sin fín de amamantamientos maternos. Puede ser cualquier tipo de distracción, si no estás cerca; pero, no logran distraerme. Yo no quiero ser tu amiga, no lo soy... ¿o si?.
   Hazme dudar como siempre, con el fulgor paciente de un jazz metalizado. La anología mas intrínseca de lo que fuímos, seremos, o nunca lograremos. Límpiame, simplemente posando tus heridas en mis yagas, y no me dejes jamás llamarte "paz"...


   Vinzancia*

No hay comentarios.:

Publicar un comentario