Miré alrededor y sentí el vacío... retumbó en son de eco tu voz... retumbó, retumbó, retumbó...Calor de fulgor me place los momentos de soledad y oscuridad íntima... de espacios líneales y frescos... azules,celestes, verdes...glaciales de tonos asépticos...
Perdí la inspiración esperando el instante de inspirarme ... Recordando que tan propio no era lo mío... tan tuyo no era lo vuestro...
Tan unidos y deshinerentes...impacientes de pensar lo venido y sugerido...
Buscando cáminos en laderas de cimiento...esperando encontrarme con el duende de los deseos eternos; el que bote el cansancio de espectro, el frío de hiel, el misterio del beso inepto.
¿Será que me detengo y pienso... si será correcto recorrer los senderos perfectos...? ¿Pasar por donde ya pasaron, amar al que ya amaron, llorar lo que lloraron...esperar lo que esperaron...?
Será que me detengo y pienso... que seguiré erguida por libertarme de la dependencia empática...que alba o grisácea a tus ojos, mi vanal ser te deslumbra por simpleza y grandeza, porque prejuicios podrían haber destruído la enseñanza, la apertura de puertas perennes que te entrego... perdones y olvidos insaciables de recuerdos. De mi nutres a tu alterego... de mi escribes en tu mente y luego...jactarte tu de lo que yo revelo.
Placidez de pecho, de alma, de manos y besos...
Recelo a tus labios, más que por tu lengua, por tus mismísimos credos.
No habrán pensamientos vanos, ni flores perfumadas, no habrá coqueteos efímeros, ni manos heladas...
Me recordarás cada noche como la alojada... en tus sueños, proyectos, y en cada balada...
Toda esperanza pongo en mí para vencer el hastío... el peso de la carga lo dejaré a vuestros karmas...
La atonía, a tu manada; la estupidez, a tu morada; la cándida mentira, a tu farsa velada.
No brindaré más noches a casi plena mañana... no brindaré dolores de fragancias pasadas...No me mata, pecho adentro, ni una sola hazaña.
La Fernanda.
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