sábado, 3 de abril de 2010

Una hora de más.

  Solía creer que me quería, sólo porque necesitaba que me quisieran. Pero, cuando llegó el que en verdad me quería, la falta de costumbre se hizo presente y me asusté con el cariño...

 -¿Corro?

   Corrí.
  ¡Outch!... Me arrepentí.


-  Lo siento...


   LLegué en busca del doble de mi experiencia, y me encontré nuevamente con la mitad de mis agallas.
¡Infaltable! No sé por qué te extraño, si no quiero. No sé por qué me dejo encontrar, y te aviso donde estoy... si no sé si quiero que llegues y me encuentres.


   Yo lo ví en sus ojos, en sus manos, en sus ideales y promesas no dichas... preferí arrancar. No quiero verme jamás como mi yo al cuadrado, disminuido a un tercio de mi madurez emocional. No lo haré.

 -  ¿Te diste cuenta o tuviste que leerlo aquí?

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